Experiencia personal – Aitor -Tanzania.
Hay cosas que no se olvidan nunca, y sin duda este voluntariado es una de ellas.
Una experiencia que te llena emocionalmente, porque, aunque parezca que tú vas a ayudarles, muchas veces son ellos que, de manera indirecta te hacen crecer, madurar. Una sonrisa de un niño, una frase de un alumno, un partido entre todos.. gestos que te hacen reflexionar acerca de tu forma de pensar, de vivir.
En mi caso ha sido muy gratificante (aunque a veces también duro) el haber tratado con niños y niñas. Muchas veces parece increíble que, teniendo tan poco puedan ser tan felices, mientras que nosotros aún teniéndolo todo queremos más y más.
También he estado en secundaria, donde he podido aprender tantas cosas de los alumnos y alumnas que me sería imposible escribirlas todas.
He conocido a voluntarios increíbles, y es que, si algo nos une es el querer ayudar, y ese espíritu se transmite tanto entre nosotros como entre los jóvenes con los que tratamos.
Han sido dos semanas de constate ajetreo, de la escuela al orfanato, a secundaria, a otra escuela… todo el día sin parar, viendo a todas esas personas que en tan poco tiempo se han convertido en algo grande dentro de ti. Y cuando menos te apetece, termina el viaje que empezaste con nerviosismo y dudas. Y se termina de la mejor manera posible, con un sabor puede que un poco amargo pero la mayoría dulce y muy rico.
Si tuviera que definir mi experiencia con una sola palabra creo que escogería ilusión. Ilusión por cambiar, por ayudar, por enseñar y por aprender. Ilusión la que necesitas y la que transmiten. Ilusión por cambiar y ser cambiado.
En definitiva, una fuerza que te hace seguir tanto en los buenos como en los malos momentos. Y por supuesto, ilusión por volver.
Voluntariado en Tanzania, más información en: www.voluntariadoconongs.com/voluntariado-en-tanzania
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