Gonzalo nos escribió desde su estancia en los monasterios realizando su voluntariado en Nepal.
«Me atendieron muy bien al llegar a Katmandu y las chicas voluntarias que ya estaban allí me vinieron a visitar al monasterio.
Ahora en el monasterio, que es más un cole de curas (budistas) se parece a un instituto.
Las clases bien, los chicos del monasterio son un encanto aunque es difícil comunicarse con ellos por su limitado ingles
Finalmente me han asignado impartir las clases de ciencias.
El lugar es una pasada, se ven todas las montañas cuando abren las nubes del monzón, es decir casi todos los días y hace bastante calor, pero al menos por la noche refresca y se duerme bien.»
Gonzalo.
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